3 preguntas para Karen Chamoulaud, PCR del Centre Hospitalier Sud Francilien
El ángel guardián de la medicina nuclear asume nuevas responsabilidades
El uso de las radiaciones ionizantes se ha diversificado con la aparición de nuevos procedimientos y la función de PCR, Persona Competente en Protección Radiológica, se adapta a esta evolución. Con los decretos de junio de 2018, que plasma la directiva europea 2013/59/Euratom, la PCR se convierte en Consejero en Protección Radiológica (CRP) y se ubica en el centro de un dispositivo de optimización y vigilancia de riesgos radiológicos. El objetivo es proponer un enfoque gradual que se adapte mejor a las numerosas situaciones en las que las personas o el medio ambiente están expuestos a las radiaciones ionizantes. Aunque la primera tarea del CRP es revisar la zonificación y los estudios individuales para la clasificación de los trabajadores de acuerdo con los nuevos requisitos del código del trabajo, su enfoque dinámico se está imponiendo dentro de esta nueva organización de la protección radiológica.
En el ámbito médico, los PCR suelen ser manipuladores radiológicos, técnicos en medicina nuclear o físicos médicos que actúan como multiplicadores de la información y formadores. Karen Chamoulaud, manipuladora de electro-radiología médica y técnica de protección contra la radiación, desempeña la función de PCR en el departamento de protección contra las radiaciones y física médica del Centre Hospitalier Sud Francilien. (CHSF)
¿Las nuevas regulaciones afectarán las competencias actuales de la PCR y cambiarán la organización de su tiempo de trabajo?
Ejerzo como PCR a tiempo completo desde 2008. Llevo a cabo controles técnicos internos de protección radiológica, en todos los departamentos que utilizan radiaciones ionizantes (supervisión de la zonificación, encuestas de trabajo, supervisión de la eficiencia de los EPI y EPC) comprobando el buen estado general y el desgaste de los tubos de rayos X, mediante detectores específicos de rayos X y fantasmas y esto no cambiará. Además, seguiremos definiendo medidas de protección adecuadas en torno a las fuentes de radiación, delimitando las zonas de riesgo y asegurando la vigilancia dosimétrica, así como capacitando a los trabajadores expuestos. Creo de todos modos, que la nueva normativa nos impondrá una carga extra de trabajo con la evaluación de riesgos para todos.
Antes de eso nosotros mismos podíamos catalogar al personal que íbamos a evaluar. Ahora habrá que hacer evaluaciones de riesgo para todos los gremios involucrados. Así que obviamente deberemos efectuar más estudios y tal vez vamos a suscitar la incomprensión de aquellos profesionales que no se sienten afectados. Pongamos el ejemplo de un camillero en una sala de radiología y escáner. Hasta hoy no formaba parte de nuestro espectro y no lo seguíamos porque teníamos procedimientos que no lo incluían entre las personas potencialmente en riesgo. La situación ha cambiado ahora. Aun no lo incluimos, pero debemos justificar su exclusión en base de pruebas. Así que el análisis de riesgo se ha extendido hasta nuestro camillero. Actualmente, en la misma línea, estamos estableciendo un sistema de monitoreo para los especialistas en reanimación. Entran en el quirófano con un dosímetro y casi sin riesgo de radiación. ¡Pero depende de nosotros probarlo! Con esta evaluación de riesgos, sin duda, eliminaremos la obligación de que usen un dosímetro. Una restricción menos y un ahorro para el hospital. Esta nueva reglamentación nos permitirá aclarar las cosas de manera transparente involucrando a todo el personal de un departamento de medicina nuclear.
Ahora habrá que hacer evaluaciones de riesgo para todos los gremios involucrados.
Así que obviamente se efectuarán más estudios y tal vez vamos a suscitar la incomprensión de aquellos profesionales que no se sienten afectados.
¿Quiénes son los más sensibilizados en materia de protección radiológica?
Los manipuladores radiológicos están muy atentos a la cuestión de la protección radiológica. La medicina nuclear, la radiología intervencionista, la coronariografía intervencionista en cardiología, lo están también, pero con respecto a la cirugía vascular y ortopédica es más complicado. Todavía no hay una toma de consciencia plena acerca de los riesgos asociados a la radiación. Se debe utilizar la pedagogía para lograr el cumplimiento de la normativa administrativa y eso no funciona siempre con los médicos. Así que voy al quirófano, 3 veces a la semana y si por ejemplo una operación se prolonga, me quedo en el sitio con el equipo hasta que finaliza. También utilizo pastillas TLD diseñadas para realizar estudios de puestos de trabajo para evaluar y mejorar los hábitos de trabajo del equipo médico. También organizo desayunos durante los cuales sensibilizo al personal de radiología intervencionista, haciendo una evaluación de riesgos y un intercambio de los estudios sobre los puestos de trabajo, siempre con el objetivo de concientizar al mayor número posible de personas. Afortunadamente, las generaciones más jóvenes son más sensibles e implicadas en estos asuntos. Hay una verdadera toma de conciencia y eso es genial para nosotros, porque se trata de personas de confianza y en consecuencia excelentes aliados en nuestro trabajo de supervisión y sensibilización.
Todavía no hay una toma de consciencia plena acerca de los riesgos asociados a la radiación ionizante.
Se debe utilizar la pedagogía para lograr el cumplimiento de la normativa administrativa y eso no funciona siempre con los médicos.
¿Cómo es un día típico para usted?
Realmente no hay un día típico. No hay dos que se asemejen y eso es bueno, porque me gusta lo imprevisto, los cambios de actividad durante el día. Ocuparse de las “emergencias de protección radiológica” trabajar sobre la marcha, en el quirófano, en radiología o en el departamento de medicina nuclear, corregir el mal funcionamiento de las señales luminosas indicadoras de emisión de radiaciones ionizantes o de los arcos en C móviles, son cosas que dan ritmo a tu día y no me dejan tiempo para aburrirte, te lo aseguro.
Nos damos cuenta que de un año para el otro, los problemas que creíamos resueltos definitivamente reaparecen como por arte de magia. Una vez que se han registrado mejoras en las práctica, a veces es necesario volver a empezar porque se ha sustituido una mesa quirúrgica de quirófano, lo que provoca nuevos comportamientos diferentes. El uso del arco ya no se adapta a la configuración del año anterior y debemos, todos juntos, poner manos a la obra una vez más. Y luego, un radiólogo o un cirujano tienen cada uno sus problemas específicos.
Pero para responder a la pregunta con exactitud, empiezo mi día a las 8 de la mañana, por ejemplo, capacitando al personal nocturno. Después, revisando cuales desechos radioactivos tienen autorización para salir del hospital, así como los demás. Verifico también el estado de las balizas radioactivas que sonaron, pero también el nivel de los tanques de decaimiento. De hecho, se trata de implicarse en toda la gestión del departamento de medicina nuclear, siempre con el objetivo de concientizar al personal sobre los riesgos de irradiación, en particular preparando los estudios de puesto. Por la tarde, continúo con la verificación de la dosimetría que utilizará el personal nocturno, sin olvidar la gestión de cientos de dosímetros enviados cada mes o cada tres meses a los organismos competentes.
Por último, no olvidemos nuestro papel ante la dirección, con la que estamos en contacto permanente para presentar nuevos equipos o para sensibilizarlos sobre los riesgos implícitos. Sólo de esa manera, todos juntos lograremos mejorar las condiciones de seguridad en el campo de la protección contra las radiaciones. Por mi parte, tengo un curso de capacitación a realizar cada 5 años e intercambio mucho con mis colegas de PCR a través de Internet, y en los congresos profesionales, con el objeto de comparar y mejorar nuestros métodos de trabajo.